Fuegos artificiales en fiestas decembrinas
Mientras las festividades decembrinas suelen asociarse con la alegría de los fuegos artificiales, existe un lado menos festivo que merece atención: las lesiones resultantes de diversas actividades. En particular, los traumatismos oculares son una preocupación importante durante estas celebraciones, abarcando desde impactos hasta perforaciones. La atención adecuada a estas lesiones es crucial, ya que el riesgo de discapacidad visual o incluso la pérdida de la visión está presente si no se abordan rápidamente.
Si bien los petardos y cohetes son los principales responsables de los traumatismos durante las festividades, el grupo más vulnerable es sorprendentemente joven, con la mayor incidencia de lesiones en México registrada entre los 10 y 14 años. Es imperativo tomar medidas preventivas para proteger a los niños de lesiones que podrían afectar su visión a lo largo de sus vidas.
Un dato alarmante es que incluso las luces de bengalas, aparentemente inofensivas, pueden representar un peligro real. Con temperaturas que superan los 2,000 grados Fahrenheit, su manejo descuidado puede resultar en quemaduras en los ojos o en otras partes del cuerpo. Curiosamente, después de las manos, los ojos son la parte del cuerpo más propensa a sufrir quemaduras debido a la pirotecnia. En este contexto, la conciencia sobre los riesgos asociados con diversas actividades festivas se convierte en un componente esencial de las celebraciones de fin de año.