Desafíos Críticos en Salud Materna
En México, la mortalidad materna se presenta como una problemática urgente, con un promedio de dos casos diarios entre 2016 y 2021, sumando un total de 5,099 mujeres fallecidas durante el embarazo, parto y/o puerperio. Estas cifras, provenientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Grupo de Información en Reproducción Elegida, revelan una realidad alarmante que va más allá de las estadísticas: la pérdida de una madre condiciona la ruptura del núcleo familiar, impactando el desarrollo de los niños y la estabilidad de la pareja.
Las comunidades indígenas, especialmente en Chiapas, Oaxaca y Guerrero, enfrentan una vulnerabilidad significativa, sufriendo violencia obstétrica y careciendo de acceso a unidades de salud con personal capacitado. La violencia obstétrica, definida como un trato deshumanizado durante el proceso reproductivo, perpetúa la violación de los derechos humanos, desde la imposición de dispositivos anticonceptivos hasta la esterilización sin consentimiento.
En el panorama de los desafíos, la promoción del parto humanizado emerge como una respuesta esencial. Este enfoque busca crear entornos amigables y respetuosos, garantizando que las madres y sus bebés reciban atención digna y sin procedimientos innecesarios. A pesar de los esfuerzos para reducir las cesáreas y promover el parto natural, la realidad actual muestra una brecha considerable entre las metas establecidas y la práctica clínica, especialmente en instituciones privadas de salud. Superar estos desafíos requiere no solo medidas médicas, sino también un cambio cultural hacia una atención materna más humanizada y centrada en los derechos.